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La Alimentación

Publicado el sábado 9 de enero, 2016

Amigos de Be Fit, espero que después de las fiestas por el fin de año estén de nuevos ánimos. Tras un merecido descanso al lado de nuestros seres amados, disfrutando de todas las delicias culinarias clásicas de la época, ha llegado el momento de retomar el ejercicio.

Para comenzar el año, vamos a hablar del concepto que protagonizó el blog anterior: la continuidad. Pero en esta ocasión lo aplicaremos a un factor igual de importante que el ejercicio a la hora de pensar en nuestra salud: La alimentación.

Así como se necesita de la actividad física para tener una vida saludable, es preciso saber que gran parte del éxito en nuestros objetivos depende de comer correctamente. Esto tiene que ver con fomentar buenos hábitos alimenticios, es decir, que nos acostumbremos a ingerir los alimentos adecuados en ciertos horarios, todo previamente adaptado a nuestras necesidades individuales por un profesional de la nutrición.

No es extraño que, luego de un período de vacaciones, muchas personas se sometan a dietas extremas con la esperanza de perder inmediatamente el peso extra que ganaron. Como consecuencia de una alimentación deficiente, el cuerpo puede presentar síntomas como desmayos, debilidad por descenso de los niveles de azúcar, alteración de la presión, entre otros.

En los casos de clientes que se sienten mal durante su entrenamiento en el gimnasio, casi siempre el motivo es la mala alimentación. No es raro que después de sufrir un desmayo, la persona se justifique diciendo: «es que no he comido nada» o «solo he comido una vez en todo el día».

Al final, el problema es que obligar al cuerpo a funcionar con tan pocas calorías lo que perdemos es músculo, pero la grasa sigue estando ahí. Con menos masa muscular, será más difícil reducir el porcentaje de grasa, por lo que la pérdida de peso como resultado de tales dietas resulta ineficiente.

Para obtener mejores resultados, lo ideal es combinar la alimentación adecuada con el ejercicio físico y darle continuidad a ambos, sin importar que ocasionalmente nos tomemos algunos días libres por asuetos, vacaciones laborales, viajes personales o días festivos.

Los días de pausa, como las recientes fiestas para despedir el 2013, hay que disfrutarlos para desestresarnos y recargar energías. Dejemos de lado los remordimientos por los platos extra que tanto saboreamos y orientemos nuestra actitud de forma positiva para retomar el ritmo y buscar la continuidad en nuestra vida saludable.

Y recuerda que una buena salud se construye tanto en el gimnasio como en la cocina.

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